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Como un nuevo servicio comunitario, LebTown comenzarĆ” a publicar traducciones en EspaƱol sobre las noticias de el Coronavirus. Haremos todo lo para transmitir al pĆŗblico la mayor cantidad de informaciĆ³n posible.
El cierre de la Iglesia Unida de Cristo de San Juan (UCC) en junio fue como perder a un familiar para Amy Shirk.
DespuĆ©s de todo, era el lugar donde seis generaciones de su familia inmediata del lado de su madre, los Hills, asĆ como su familia extendida de la iglesia, se reunĆan todos los domingos para adorar.
“En cada habitaciĆ³n y cada espacio de esa iglesia, tengo recuerdos de mi familia”, dijo Shirk. “Solo puedo recordar hasta mi bisabuela, pero ella era como un Ć”ngel en la Tierra”.
Conocida cariƱosamente como “Nana” por todos, Alice Christiana Harper se sentaba dentro de la sala de la Escuela Dominical todos los domingos, sirviendo como la anfitriona de la iglesia de facto cuando la gente entraba al edificio.
“Literalmente, todos los que vendrĆan a St. John’s tendrĆan que saludarla”, dijo Shirk. āElla solĆa usar un brazalete con un dije para todos sus hijos, nietos y bisnietos, por lo que tenĆa muchos dijes. Ella caminĆ³ con un andador y solo el recuerdo del tintineo de su pulsera es un recuerdo claro para mĆ en esa iglesiaā.
Aunque los Hills no eran miembros fundadores, las raĆces familiares se extienden a lo largo de los 159 aƱos de historia de la iglesia. El abuelo de Amy, su madre y ella cantaron en el coro de la iglesia y asistieron a la iglesia religiosamente.
“Para mĆ, mi iglesia estĆ” tan arraigada en mi familia que hay recuerdos de mi familia en todas partes, y esa es una de las cosas que me entristeciĆ³ tanto por cerrar las puertas”, dijo Shirk. “Mi madre cantĆ³ en el coro desde que tenĆa 12 aƱos y yo me sentĆ© a su lado en la secciĆ³n de alto cuando era una niƱa”.
Shirk agregĆ³ que St. John’s, ubicado en la cuadra 900 de Willow Street, es uno de los edificios mĆ”s bellos que haya visto, y seƱalĆ³ que la acĆŗstica en el santuario es celestial. AdemĆ”s del encanto del edificio, las vidrieras de mosaico de Belcher son, segĆŗn se informa, la colecciĆ³n mĆ”s grande de su tipo en todo el mundo, una declaraciĆ³n que basĆ³ en conversaciones con el historiador de la iglesia.
“La acĆŗstica en la iglesia es la mejor acĆŗstica que he escuchado en toda mi vida y en cualquier edificio en el que haya actuado”, dijo Shirk. “Practicamos nuestro canto abajo y cuando llegamos al santuario para tocar, sonaba 10 veces mejor que abajo”.
El reverendo David Jones, quien es pastor en St. Mark’s UCC, que estĆ” a solo cuatro cuadras de distancia y en St. John’s cuando cerrĆ³, dijo que el edificio es Ćŗnico.
“Lo Ćŗnico que siempre recordarĆ© de St. John’s es que cuando se fundĆ³ era una iglesia de innovaciĆ³n”, dijo Jones. “Fue una iglesia de innovaciĆ³n cuando se construyĆ³ originalmente porque los muros son tan gruesos que si un tornado atravesara el Ć”rea, ese edificio permanecerĆa en pie”.
En un momento de su historia, el campanario de San Juan fue el punto mĆ”s alto dentro de la ciudad de Lebanon, dijo Jones, y agregĆ³ que era el lugar para estar el domingo por la maƱana en su apogeo.
“Cuando el Departamento de Bomberos de Lebanon obtenĆa un nuevo camiĆ³n de escalera, siempre lo llevaban a la iglesia para probarlo”, dijo Jones. “Si pudieran alcanzar la cima del campanario, entonces sabrĆan que podrĆan alcanzar la cima de cualquier edificio en Lebanon”.
Contratado como el pastor nĆŗmero 19 en la historia de la iglesia, Jones dijo que acordĆ³ ser el pastor en St. John’s con la esperanza de poder cambiar el rumbo de una base de miembros en declive.
“Nunca entrĆ© al ministerio con la intenciĆ³n de cerrar una iglesia”, dijo Jones. āVer a una iglesia pasar por esto ha sido muy difĆcil. Fue una lenta espiral descendente en la que habĆan estado durante bastante tiempo”.
Jones notĆ³ que habĆa muchas razones por las cuales la iglesia no podĆa recuperar nuevos miembros. La incapacidad de atraer y retener a nuevos miembros para reemplazar una membresĆa de la iglesia que envejeciĆ³ fue el principal culpable.
“La razĆ³n mĆ”s importante es que era una congregaciĆ³n mĆ”s antigua que carecĆa de jĆ³venes y familias mĆ”s jĆ³venes”, dijo Jones. “La iglesia no pudo atraer a las familias mĆ”s jĆ³venes porque los adultos mayores carecĆan de la energĆa necesaria para crear los tipos de programas que atraen a los jĆ³venes”.
Jones dijo que St. John’s tiene una historia bastante interesante que, de alguna manera, es anterior a su servicio de puesta en servicio el 18 de octubre de 1860, aproximadamente seis meses antes del comienzo de la Guerra Civil.
La iglesia fue un spin-off de Tabor United Church of Christ, fundada en 1760, y que sucede que es el mismo aƱo en que se construyĆ³ la icĆ³nica Washington House en la cuadra 1000 de Cumberland Street.
Leer mĆ”s:Ā DĆa de Tabor y el increĆble viaje de una iglesia de Lebanon
“No hubo animosidad entre los miembros de Tabor y St. John’s porque lo vieron como una oportunidad para hacer crecer el ministerio local”, dijo Jones. “La piedra angular se colocĆ³ en mayo de 1859 y cuando recientemente sacamos la cĆ”psula del tiempo, desafortunadamente estaba en una caja de madera y todo en la caja se habĆa desintegrado”.
Jones dijo que la iglesia existiĆ³ tanto como lo hizo gracias al uso de la alta adoraciĆ³n, lo que significa que los miembros practican numerosas tradiciones durante un servicio que se transmitiĆ³ de generaciĆ³n en generaciĆ³n.
“Hay mucho de pie y de rodillas y cuando vine por primera vez, realmente tuve que adaptarme a ese formato”, dijo Jones. āLos miembros de esta iglesia encontraron su conexiĆ³n con Dios a travĆ©s de una alta forma de adoraciĆ³n. Si bien eso es lo que les ayudĆ³ a aguantar tanto tiempo, es, desafortunadamente, lo que los ha daƱado en los tiempos modernos. Es mĆ”s difĆcil llegar a la generaciĆ³n mĆ”s joven porque no estĆ”n interesados āāen practicar esas tradiciones”.
Cuando quedĆ³ claro que la familia de la iglesia se acercaba al final de su larga carrera, los miembros comenzaron a tener conversaciones aproximadamente un aƱo antes del servicio final el 28 de junio sobre el futuro de San Juan.
“TendrĆamos reuniones congregacionales y alguien harĆa una pregunta y la conversaciĆ³n girarĆa en torno a que no podemos recuperarnos de esto, no podemos cambiar esto”, dijo Jones. “Fue difĆcil hacer el trabajo de la iglesia, y el trabajo involucrado en el funcionamiento de una iglesia tan grande se volviĆ³ demasiado”.
Sometidos a una votaciĆ³n que nadie querĆa realmente, la congregaciĆ³n votĆ³ 17 a 6 para cerrar las puertas para siempre y trasladar los activos de la iglesia y la membresĆa restante a la cercanaĀ UCC de San MarcosĀ , ubicada en el bloque 400 del 8 de N. Calle.
Aunque COVID-19 le robĆ³ a la membresĆa de reunirse en lo que deberĆa haber sido un momento para recordar y lentamente, pero seguramente, decir adiĆ³s, unos 50 miembros asistieron al servicio final en St. John’s el Ćŗltimo domingo de junio.
āHabĆa un estado de Ć”nimo pesado en el santuario; fue un servicio emocional “, dijo Jones. “Celebramos la comuniĆ³n, y la Ćŗnica canciĆ³n que cantamos fue” Jesus I Live to Thee “, que fue escrita [en 1850] por [Rev.] Henry Harbaugh. Aunque se desanimĆ³ el canto debido al coronavirus, simplemente no parecĆa correcto si no cantaba esa canciĆ³n dada la historia de la iglesiaā.
Jones said the last service also witnessed the removal of key church articles, Jones dijo que el Ćŗltimo servicio tambiĆ©n fue testigo de la eliminaciĆ³n de artĆculos clave de la iglesia, incluida una Biblia masiva presentada por el pastor de Tabor, el reverendo FW Kreamer, al reverendo Henry Harbaugh, primer ministro de San Juan. a massive Bible presented by Taborās pastor Rev. F. W. Kreamer to Rev. Henry Harbaugh, St. Johnās first minister.
“Llevamos a cabo algunos de los artĆculos mĆ”s importantes con los miembros de St. John’s entregando estos artĆculos a St. Mark’s”, dijo Jones. “La cruz en el altar, el plato de la ofrenda, que representa nuestro trabajo para la iglesia, y un libro de adoraciĆ³n, que significa que nuestra adoraciĆ³n continuarĆ” en una nueva ubicaciĆ³n”.
Ese Ćŗltimo servicio fue agridulce para Shirk, quien se casĆ³ en St. John’s en 1992, vio a sus dos hijos bautizados allĆ en 2001 y 2004 y sirviĆ³ como el lugar para el funeral de su madre en 2018 y el de su padre menos de un aƱo despuĆ©s.
“Fue extraƱo no ir estos Ćŗltimos meses, pero me alegrĆ© de tener el servicio final para cerrar”, dijo Shirk, conteniendo la emociĆ³n.Ā āTodavĆa era difĆcil porque querĆa abrazar a la gente y, sin embargo, sabĆa que no podĆa hacer eso.Ā Hay un proceso de duelo y duelo, realmente, al tener tanta participaciĆ³n familiar.Ā TodavĆa hay un puƱado de personas que me conocen desde el dĆa en que nacĆ, por lo que tambiĆ©n fue muy difĆcil.Ā Lamento llorar por perderlos tambiĆ©n, y ha habido mucha tristeza en todo este procesoā.
Si bien no ha elegido una nueva iglesia en casa debido a la pandemia, Shirk espera con ansias el dĆa en que pueda entrar por las puertas para comenzar lo que con suerte serĆ” una nueva tradiciĆ³n familiar.
Traducido por Nelly Arvizu
Si bien no ha elegido una nueva iglesia en casa debido a la pandemia, Shirk espera con ansias el dĆa en que pueda entrar por las puertas para comenzar lo que con suerte serĆ” una nueva tradiciĆ³n familiar.
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